domingo, octubre 29, 2006

¿Que el Estado no sepa cómo gastar justifica que se reduzcan los impuestos?

Hoy acabo de leer un comentario en el Diario El Comercio el cual asevera casi atrevidamente que "Si el Estado no sabe qué hacer con el dinero que le entregamos, ¿no es lícito pensar que mejor sería que seamos los ciudadanos quienes dispongamos de esos soles extra, más aun si nos los quitan a través de tributos que todos, sin excepción, califican de inapropiados?".

He decidio efectuar este comentario después de muchos meses, en los cuales no he dejado de repesensar los temas tributarios, por lo tan directo y simple de la referida afirmación. Analicemos.

¿No saber en qué gastar los recursos es justificación para reducir los tributos? Es claro que la política tributaria, en especial la estructura tributaria, debe responder no sólo a la evolución de los ingresos tributarios sino también a las decisiones de gasto y de endeudamiento (o digamos mejor, de pago de deuda). En ese sentido, las decisiones respecto a generar más ingresos tributarios debe responder a la necesidad de gastar mas en el mediano y largo plazo.

Definitivamente aquí el gobierno erró en efectuar su evaluación fiscal intertemporal:
- Buena parte de las necesidad de gasto adicionales desde el año 2003 han representado incrementos permanente de gasto (gasto de remuneraciones), es decir, que dificilmente se reducirán rápidamente o al menos serán políticamente difícil de reducir.

- Los mayores ingresos tributarios del último año no sólo respondieron a las mayores tasas o mayores tributos o nuevas y alternativas formas de recaudación anticipada, sino al extremadamente favorable situación económica de las empresas favorecidas por el boom de precios de materias primas (empresas exportadoras de metales).

- En suma: Los gastos se han incrementado, y estos vienen siendo cubiertos con una mayor recaudación con tributos denominados "temporales" (creo que más por encubrir una debilidad estructural del sistema tributario o de su administración-tema de otro comentario) y con una mayor recaudación "temporal" por las mayores exportaciones y sus efectos colaterales sobre otros sectores.

- En otras palabras: Decidir reducir o eliminar los tributos temporales no es tan fácil en esta situación en la que los gastos permanecerán pero los ingresos adicionales se irán reduciendo paulatinamente (el boom exportador no será permanente).

Es claro también que un crecimiento económico importante (7% anualizado es una buena señal), pero lo será mejor si se convierte en una tasa de crecimiento en un promedio móvil, es decir, un crecimiento que se repite trimestre a trimestre. ¿Se podrá seguir creciéndose así en forma permanente una vez que el comportamiento favorable de la minería se revierta o al menos vuelva a su normalidad pre-boom?

El gobierno no puede lamentablemente pensar en reducir o eliminar tributos por más antitécnicos que sean, sin antes evaluar conscientemente la perspectiva de mediano y largo plazo de la economía, considerando diversos escenarios externos principalmente. Hacerlo sería muy irreponsable.

No saber en qué gastar, o no saber gastar no son justificaciones para eliminar tributos. Las únicas justificaciones son las mismas que explican su aparición. Yo podría decir, que no se trata solo de gasto corriente, Chile aprendió a acumular superavits fiscales para adelantar pagos de deuda o destinarlos a gasto de inversión, que son, por naturaleza más productivos que los gastos corrientes. Difícilmente un país con caso 50% de pobres puede estar de acuerdo en una afirmación como "es un Estado que no sabe en qué gastar". Se sabe en que gastar, lo que se está aprendiendo es a mejor gastar para ver resultados; lograr más con menos es esencial en esta actual coyuntura fiscal. Pues no se sabe bien qué sucederá en el futuro. Todo lo que sube tiende a bajar y esto es también cierto en recaudación tributaria.

El gobierno debiera aprender que muchos aumentos de presión tributaria sucedidos anteriormente no fueron sostenibles. Identificar la forma de hacerlas sostenible es la labor del diseñador tributario y de su administrador tributario. Las soluciones sostenibles son las que más trabajo exigen pero cuyos efectos perdurarán mas, reduciendo el trabajo posterior y recién, pudiendo generar espacio para reformas tributarias más proinversión (¿alguien dijo flat tax? - será otro comentario).
No sigamos promoviendo movimientos pro reducción de impuestos sin un claro sustento o al menos sin expresarlo claramente. Ayudemos a reevaluar el sistema tributario a la luz de los cambios en la economía nacional y mundial y en la visión de país y su inserción en este nuevo mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AL PARECER NO HABIA QUE SER UN MAGO PARA ADIVINAR EL FUTURO, PERO EN ESTOS TIEMPOS AL MENOS ESTE AÑO SUCEDEN COSAS COMO QUE EL ESTADO NO HACE COMPRAS EFICIENTES, ELIMINA IMPUESTOS (ARANCELES) Y OTROS. ME GUSTARIA TUS COMENTARIOS A LA LUZ DE LOS NUEVOS HECHOS DE LA POLITICA ECONOMICA. GRACIAS